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En un proyecto de monitoreo energético con datos minuto a minuto durante 6 meses, un analista se acercó y me dijo:
“Tengo una montaña de datos, pero cuando hago el promedio diario siento que pierdo la señal”.
Tenía razón. Los promedios aplanaban las anomalías clave.
Nuestra solución fue implementar una combinación de métricas robustas:
Mediana (para evitar sesgos por picos)
Percentil 95 (para entender eventos extremos)
Tiempo en rango óptimo (basado en ventanas definidas por ingeniería)
Número de eventos (con lógica de umbrales)
Esta estrategia nos permitió crear un dashboard diario con “semáforos de comportamiento”. La historia cambió: pasamos de ver “números planos” a “conductas operativas”.